Wednesday, October 3, 2012

EL 7 DE OCTUBRE: NO AL DESPOTISMO


Si al fin la razón se apodera de los venezolanos, y de una vez por todas y para siempre, una mayoría contundente no solo se impone electoralmente, sino que está dispuesta a luchar sin condición ni concesión alguna por el reconocimiento de su logro y por un futuro donde la libertad impere; el 7 de octubre del 2012 podrá con razón llamarse el día del renacimiento de la verdadera democracia y podrá Venezuela celebrar la unión de sus ciudadano y dar la bienvenida  a la reconciliación nacional.
Podrá igualmente ese día caer vencida la figura y mente de un déspota quien gracias a los recursos del país, ha podido ejercer con éxito la demagogia, engañar las esperanzas y necesidades de los venezolanos humildes y ha logrado destruir las instituciones básicas de un país sometiéndolas a su albedrío y voluntad.
Junto él caerá ese inefectivo y lastimoso grupo de venezolanos parasitarios, que a cambio del arrastre o ausencia de su dignidad, se le han entregado sin condición alguna, como no sean las de recibir dádivas, disfrutar del facilismo y someterse a sus designios sin derecho a disentir.
Pero tal vez la consecuencia mas importante de una victoria contra el déspota  el 7 de octubre es que, a la par de que éste empezará a “vivir” el resto de su existencia como cadáver político, las arcas del tesoro nacional, después de 14 años siendo víctimas de la mitomanía  y de gerentes mal habientes  de la cosa pública, podrán ser utilizadas en una inversión conducida al logro del bienestar de nuestros hijos y nietos. Se podrá impedir  que nunca  mal sean malgastadas, robadas o entregadas a gobiernos extranjeros de comprobada reputación como violadores de los derechos  humanos y cercenadores de la libertad; léase: Cuba, Irán, Bielorusia, China, y Rusia,  con cómplices como la Libia de Muammar Gaddafi, la Siria de Bashar Al –Assad y la Corea del Norte de Kim-Jong.
¿Y por qué no? Es también posible que los padres de la patria celebren en el mundo de las almas, que sus nombres nunca más serán utilizados para impulsar el ego de un hombre y/o engañar a una gran parte de sus compatriotas. Al mismo tiempo la Constitución podrá en su inercia descansar tranquila al saber que no será violada sin compasión a través comparsas “institucionales” sometidas al déspota.
En medio de su delirio y haciendo caso omiso a su actual condición personal, Hugo Chávez Frías, lejos de practicar un acto de contrición por los daños causados y acercar a sus gobernados, ha acrecentado su afán por dividirlo a través del insulto y el desprecio. Tratando de cegar una vez mas a los votantes, ha recurrido a disfrazar su odio vendiéndose como poseedor de un corazón que llama patria;  cuando el mas elemental y convencional conocimiento de la sensibilidad humana es saber que eso que llamamos corazón, no alberga odios. Si fuera cierto que la  su corazón lleva la patria hubiese gobernado para todos los habitantes de Venezuela y no solo para aquellos que le sirven a sus propósitos y conveniencias. Durante el gobierno de Chávez Venezuela ha sido víctima de  la mayor discriminación social que haya vivido Venezuela en los últimos cincuenta años.  
El 7 de octubre más que una elección entre dos candidatos, se trata de la decisión de un pueblo entre un déspota y un demócrata. Si la mayoría de los venezolanos cree que son indefensos, improductivos, carentes de criterio y creen que el futuro de sus hijos no debe llevar en sí la libertad del pensamiento, entonces se impondrá el despotismo y una lucha más difícil y cruenta habrá que librar para eludir y/o quitarnos las cadenas.

Hugo Chávez es hoy día un hombre que es abiertamente creyente en el despotismo y la perpetuación en el poder. El paroxismo de Chávez ha desbordado su sinceridad  y ya vive del descaro.  Chávez llama a Fidel Castro su padre y le atribuye dones divinos como hombre salvador y sabio. Sin ningún empacho pone a la pobreza de la isla caribeña como ejemplo de lo que debe ser una sociedad. No hay duda que su fin es ver a Venezuela en una  condición similar all pueblo cubano de manera de lograr  y facilitar su permanencia en el poder.

En un mundo como el de hoy, donde el conocimiento del hombre avanza a pasos agigantados, solo la perversión ideológica y el delirio del poder pueden hacer posible que un hombre ignore que está considerando al fracaso como el camino hacia una sociedad libre.

Por ello repito: “Si la mayoría de los venezolanos cree que son indefensos, improductivos, carentes de criterio;  y el futuro de sus hijos no lleva en sí la libertad del pensamiento, entonces se impondrá el despotismo y una lucha más difícil y cruenta habrá que librar para eludir y/o quitarnos las cadenas”

 Compatriotas, el 7 octubre digámosle NO al Despotismo. Votemos por Henrique Capriles Radonski. Votemos por la Democracia y por un futuro mejor para nuestros hijos y nietos.