Lamentablemente, aún lo peor podría pasar en Venezuela. Algo tan
peor, que tal vez algunos de los que creemos que el déspota de Hugo
Chávez ha sido el peor y más incompetente presidente que haya tenido Venezuela,
nos veamos obligados a modificar ese escalafón y le dejemos el primer lugar
abierto a su heredero.
Pero algo peor aún podría pasar. Es posible que los primogénitos políticos
del déspota, dada su manifiesta incapacidad intelectual y ambición de
permanecer en el poder, pues perderlo significaría afrontar consecuencias
legales inevitables, recurran a la violencia como medio, para así instaurar la
dictadura que desde hace tiempo han tenido en mente de tal manera que, de una
vez por todas, puedan completar el asalto y la asfixia que ha mantenido
en jaque a la libertad en Venezuela.
Después de todo, de acuerdo a Fidel Castro, el verdadero poder solo se
consigue a través de la lucha armada, y según Hugo Chávez, éste ha sido su
mentor, padre putativo, sabio y hasta “médico” salvador. Palabras casi textuales
Si la posible desaparición de Chávez ha servido para algo es para mostrar
la bajeza y pésima calidad política del gobierno venezolano. Una vez que el
ocaso de la vida lo llamó a capítulo y tomó conciencia que su ambición de ver
el amanecer del año 2021 no será posible, Hugo Chávez, tal como si fuera un
monarca que abandona un reino, eligió y nombró como su sucesor a su
ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro; un hombre de obscura
trayectoria como dirigente sindical (lo llamaban “reposero”) y de
insignificante transcendencia como burócrata al “ejercer” las funciones de
Ministro y Vicepresidente.
Porque los únicos “atributos intelectuales” de Nicolás Maduro
han sido la lealtad y sumisión incondicional a su jefe soberano y aprender de
éste, al caletre y hasta tratando de imitarlo en sus
mismos gestos, las consignas políticas y las frases de
descalificación e insultos que hicieron de su presidente, por una
parte, un “individuo folklórico exitoso” gracias a un uso habilidoso de la
demagogia sustentada por el dinero pero, por otra parte, un ejemplo vivo y lamentable de las desgracias que pueden afectar a un país por carecer de un estadista verdadero a cargo
de la primera magistratura de una nación.
La forma en que el gobierno venezolano ha enfocado y tratado la
enfermedad del presidente, avergüenza al gentilicio venezolano y humilla a la
inteligencia. La burla y el desprecio a la que pueblo en general ha sido
subordinado es como si una tribu incivilizada remanente
que pueda existir, haya sido trasladada con funciones de gobierno al territorio
venezolano.
El cacique está enfermo y puede morir, dijeron los segundones y aspirantes
en línea al caciquismo. Ustedes, los miembros de la tribu, serán informados de
la salud del cacique y su evolución, cuando a nosotros nos salga del forro y
cuando nos de la mismísima gana. No crean que ustedes, los que eligieron
al cacique y a quienes éste se les debe y por quienes él debe velar, tienen
derecho alguno saber de la evolución de su salud y posible impacto en la
tribu. Los derechos de ustedes están limitados a los deseos y caprichos del
cacique y, por ende, a los de nosotros.
Por todo esto, la ausencia de Hugo Chávez lleva implícita la
posibilidad que la peor calaña está por venir. La posibilidad es real porque,
al fin y al cabo, es harto conocido que el gobierno controla todas las
instituciones del país. Ninguna elección por realizarse puede jamás asumirse y mucho menos considerarse como
limpia y prístina mientras el organismo electoral esté en manos del
partido de gobierno,
Son demasiados los intereses subalternos que están en juego. Por
una parte están los intereses de unos corruptos rampantes que harán lo
imposible por evitar un triunfo opositor y por la otra están los intereses de
Cuba, país este que por desgracia ya ocupa una porción importante de la
soberanía venezolana. En consecuencia, sobran razones para creer que los
sucesores del chavismo podrán contar con la realmente experimentada ayuda
cubana para reprimir y contrarrestar movimientos opositores.
De este modo a la pregunta: ¿Podría realmente suceder lo peor una vez que
Hugo Chávez esté ausente?: La respuesta es:Definitivamente.
¿Se imagina usted a Nicolás Maduro de Presidente? ¿Es posible un nuevo y
definitivo Golpe de Estado? ¿Cabe la posibilidad de una Guerra Fraticida?
Pero, como siempre, no queremos ser tan pesimistas. Aunque maltrecha, aún
existe una oposición y aún hay dentro de ella venezolanos y venezolanas de
buena voluntad dispuestos a luchar. Pero todo dependerá de la dirigencia de esa
oposición.
Por todo lo que está en juego es tiempo de que la lucha opositora enmiende
errores…Si, es tiempo…Tiempo de lucha y sacrificios.