Sunday, April 29, 2012

CAPRILES…POR FAVOR, PON A HUGO CHAVEZ EN "SU SITIO"


CAPRILES…POR FAVOR, PON A HUGO CHAVEZ EN "SU SITIO"

La estrategia electoral de Capriles Radonski  ha sido la de no confrontar directamente a Hugo Chávez, ni responder a ninguno de los insultos y ataques personales  con los que acostumbra  el teniente coronel atacar a sus rivales.

La pregunta es: ¿Es esta estrategia adecuada a los intereses de su campaña electoral? O, por el contrario, ¿Desdice  la misma de la imagen de Capriles como un líder con  la fortaleza suficiente para captar una parte importante de la población que apoya al actual mandatario?

A pesar del consenso que parece existir alrededor de esa forma de contrarrestar el universo chavista,  sostengo que esa estrategia está afectando negativamente al candidato opositor y, por lo tanto, reduciendo su chance de conquistar una porción importante de los venezolanos, como los son esos  que apoyan por ignorancia, mas que por ideología,  a Hugo Chávez. Un objetivo que debería ser fundamental,  si no el más importante, para asegurar una victoria  electoral.

No podemos negar  que Hugo Chávez  dispone de una fuerza electoral importante. Hacerlo,  sería una negación irracional. Igual lo sería negarse a no tratar de conquistar a quienes  se llaman chavistas, por considerarlos miembros inmutables del sector que apoya al presidente. Sin embargo, no por negación, sino por falta de apreciación del contrincante, creo que esa estrategia de Capriles, de  la no confrontación,  ignora, peligrosamente, la composición y naturaleza de esa población y, al así hacerlo, está dejando de abordar el buque del enemigo que lo llevaría a ganar la guerra.

Hugo Chávez disfruta, queramos o no, del apoyo de la gente mas pobre y humilde de Venezuela. La misma gente que por años, y hoy día  más que nunca, ha sido víctima de una explotación ilimitada de su condición de pobres y  que, por desgracia, la ha puesto invariablemente al servicio de la demagogia y  de la esperanza incumplida.

Chávez ha logrado con éxito, explotar  la pobreza del país.

Al igual que en los barrios o los campos venezolanos, donde la  pobreza de sus habitantes y la necesidad de sobrevivir, los ha obligado a someterse a los designios y voluntad de  los malandros y caciques sin escrúpulos;  el país político refleja una realidad similar.

A diario, y por años, los 0ídos y cerebro de estos venezolanos han sido bombardeados con consignas como estas:

“Sin mi, y mi gobierno, ustedes serían despreciados por pobres, raza y condición.
Si no están conmigo serán  considerados  traidores.
Los traidores tendrán mi desprecio y hasta la cárcel les puede esperar
Aquellos que tienen dinero son sus enemigos.
La única verdad que existe en la que yo digo
Hay un enemigo externo que nos quiere dominar y apoderarse de lo nuestro”

Y aunque las mentes pensantes saben que esta forma de explotar no tiene otro fin sino complacer el ego de un hombre, la explotación alcanza su efecto porque estos humildes compatriotas, lamentablemente, dan como ciertas tales consignas.

Ellos, desafortunadamente y por desgracia, acompañan su pobreza material con una pobreza mental.

Podríamos aquí parafrasear a H, G. Wells y relacionar su pensamiento a nuestro país diciendo: La historia de Venezuela hoy día pareciera  una carrera entre la educación y la catástrofe.

En nuestro barrios y campos, los malandros y caciques mantienen el control  de su dominio solo hasta cuando un malandro o cacique nuevo aparece. La excepción ocurre  cuando surge un tercero, sin atributos de maldad, que se impone bien porque enfrenta a los que reinan en su propio terreno, o  porque se gana el respeto de la población enfrentándolos de una forma mas inteligente  que no menosprecia los requerimientos que exige la comunidad para aceptarlo, aunque  estos requerimientos puedan parecer no cónsonos con la razón  

En otras palabras, ello significa que “el tercero” enfrenta al malandro o cacique, de alguna manera, tal vez no de una manera que es común, pero lo enfrenta. El “tercero” no se hace el sordo 0 ignora el efecto que podría tener en la comunidad  las acciones que el malandro (cacique) lleva a cabo para mantenerse en el mando. El “tercero” responde, no hace caso omiso.

Por ejemplo: Si  el malandro trata de descalificar al tercero llamándolo bobo o majunche, el “tercero” que habita el barrio,  al menos reacciona. Yo imagino una reacción como ésta, siempre asegurándome que la población toda se entera de mi actitud:

Mire, Señor Malandro (o Cacique) (lo de señor se lo digo es porque soy un hombre de buenos modales)  

Primero que todo: Respete.

Segundo: Quiero que sepa que yo respeto a los “bobos”, porque ellos son seres humanos, al igual que yo. Por lo tanto, voy a ignorar su ofensivo calificativo. Permítame decirle que, diferencia de usted, jamás me he considerado superior a nadie y sería incapaz de calificarlo a usted con un adjetivo similar.

Tercero: Vamos a ver. Lo reto. Óigame bien. Reto a su  intelecto a ver que tal se compara su intelecto con el  mío. Lo reto a un debate ante todos los habitantes del barrio.  Es mas, si quiere, usted pone  las condiciones y lo hacemos en un sitio de su gusto y le  voy a dar la ventaja que usted conozca las preguntas de antemano, y yo no. Vamos, lo reto. Es bueno decirle que espero  no vaya a decir que Usted no debate con perdedores, ni personas que no pertenecen al barrio, o que son de afuera, o son majunches. Aquí no se trata de calificar a nadie sino de explicarle a la gente que aquí vive como pueden ellos vivir mejor.    
Vamos a ver si Usted tienes las bolas de enfrentarse en un discusión a mí, en vez de referirse a mi  persona poniéndome nombres u ofendiéndome.  Demuéstrele a los que aquí habitan que usted posee esas bolas. Y si no quiere hacerlo personalmente, pues carece de ellas, nombra uno de sus malandros como sustituto. Aunque dificulto tenga usted a alguien , pues usted se cree el único.

En  mi humilde, pero muy venezolana opinión, una actitud como ésta podría muy bien modificar el escenario muy a favor del candidato Capriles; creo que él debe enfrentar a Chávez de  manera de sustraer parte de su dominio.  

Hay muy poca diferencia entre lo que es un barrio venezolano y el país. Hugo Chávez se comporta como malandro y como indecente porque está convencido que eso es lo que le gusta al “pueblo” y, posiblemente, tal vez tenga razón. 

Pero el que malandra, generalmente mal “acabra”.

Capriles. Pon a Chávez en su sitio. Confróntalo de alguna manera.