Monday, May 21, 2012

LIDERAZGO OPOSITOR Y CAPRILES, LOS APOYO, PERO NO ME CAUTIVAN


 Lamentablemente, Henrique Capriles Radonski, candidato a la Presidencia de Venezuela y al que apoyo, aunque no me cautiva, parece carecer del gancho suficiente, y tal vez del estilo necesario, para proporcionar el nocaut que la débil mandíbula del paciente-presidente le está presentando a través de su mal gobierno y endeble capacidad de acción.

Aunque me cueste así llamarlo y considerarlo, debo reconocer que Hugo Chávez ejerce un liderazgo importante. Y más lamentable aún, es creer, como yo creo, que es muy posible que sea reelecto presidente; y los venezolanos pensantes y ciudadano demócratas, a los que el resentido e incapaz presidente les ha dado por llamar oligarcas , contrarrevolucionarios, pitiyanquis, desgraciados, majunches, escuálidos, vende-patrias, traidores o cualquier otro calificativo, o insulto con los que acostumbra endilgar a quienes son mejores que él, tengamos que soportar al menos seis años mas  de su desgobierno con o sin su presencia física (con el favor del cáncer que padece)

Mi lamento continúa cuando compruebo  que las desgracias políticas y económicas que vive el país no se dibujan ni  representan en la mayoría de los artículos relativos a Venezuela y menos en los discursos del candidato opositor, sino que se concentran en la persona y folklore del teniente coronel. Poco se dice -   o se menciona con falta de profundidad y combatividad- de los monopolios que maneja el gobierno  y de las consecuencias negativas de su concentración de poder en las áreas legislativas, judiciales, comunicacionales; en la descarada e inhumana discriminación política; en lo permisivo que ha sido con la delincuencia y en su indiferencia ante las denuncias de corrupción y narcotráfico de funcionarios públicos vinculados al poder.

Pero menos se dice aún del programa de gobierno de la oposición y como éste se diferencia de lo promulgado por Hugo Chávez y los beneficios que  traería al país y a sus habitantes.

Es increíble que Chávez diga claramente que los que se trata es de elegir entre sistemas de gobierno y el candidato opositor no aproveche esa apreciación para, precisamente, enfrentarlo abiertamente y establecer las diferencias entre ambos y, lo que es peor aún,  que sus declaraciones y reacciones sean como la de un sordo que solo sabe responder a través de consignas contrarias o, en el mejor de los casos, con algo similar a alguien que ante una mentada de madre, solo responde: “La tuya que es mi comadre”.

Porque aunque el   Gobierno de Chávez ha sido un gobierno cuyos argumentos se reducen a consignas  y solo se menciona al socialismo como doctrina ideológica de soporte, para disfrazar una potencial dictadura, el totalitarismo y el personalismo que ambiciona el presidente; la oposición pareciera, aunque le sobran, carecer de argumentos para contraponer las verdaderas  intenciones  de quien parece querer morir con un halo mesiánico y heroico, ignorando que la historia se encargará de convertir esa esperanza de halo en la corona de espinas que realmente ha sido y representado.

A pesar que el descontento de los venezolanos ha quedado de manifiesto con los triunfos de gobernadores  opositores en los estados más importantes y populosos del país, el liderazgo opositor y el candidato dan una  sensación muy preocupante de inercia o. al  menos, de tener una estrategia equivocada. Porque si algo ha caracterizado al liderazgo opositor durante los trece años de desmanes gubernamentales, ha sido su ineptitud en poder representar al segmento popular de Venezuela a través de la formulación de políticas y programas constructivos capaces de convertir el descontento que existe en el pueblo en una significante victoria electoral.

Los triunfos de la oposición han sido mas bien el fruto del mal gobierno de Chávez, que del resultado de una confrontación ideológica que fue necesaria hacerla efectiva desde el principio y de una forma permanente.

Si Chávez ha tenido éxito en monopolizar el discurso, ello ha sido gracias a la incapacidad y aún a la falta de voluntad de los partidos de la oposición para defender, sin tregua alguna, las normas democráticas. Si se quiere entender el por qué el apoyo a Chávez se mantiene con fortaleza, hay que entender las raíces de la debilidades en el discurso de los partidos políticos. Capriles dice que él copiaría o emularía la gestión de Luis Inázio Lula da Silva en Brasil, haberlo dicho no es una mala idea, pero no sustentar tal afirmación con los detalles de cómo sería la gestión, nacional e internacional, de su gobierno, si parece una mala idea.

La debilidad de la oposición venezolana tiene que verse dentro del contexto de las tendencias políticas que han germinando y triunfado electoralmente en Latinoamérica.

Una serie de factores le han dado forma a los gobiernos  "de izquierda" que han triunfado electoralmente en Centro y Suramérica en los últimos veinte años. Pero,  tal vez el factor mas importante haya sido la corrupción de los  partidos tradicionales aunada a carencia de formulación de programas económicos de centro-izquierda capaces de atraer el apoyo popular  porque tienen como norte y como ineluctables propósito: Mantener las libertades económica, la independencia de los poderes, pero muy en especial el de la justicia, los valores democráticos y la necesidad de alternancia en el poder.

En mi opinión, si  Henrique Capriles Radonski quiere ganar la presidencia de la república, es necesario que busque la forma de que su discurso tenga la profundidad y significado suficiente para ser capaz de alcanzar la conciencia de la mayoría de los humildes, de los que oyen la radio y ven la televisión, pero no leen periódico. Igualmente, debe ser capaz de emular las marchas opositoras de hace ocho o mas años atrás que reviva las manos blancas de los estudiantes y en especial, pero muy en especial, el coraje de la mujer venezolana. 

No basta andar tocando de puerta en puerta. La tocadura de puerta y la mentira pueden ir perfectamente de manos y ya Chávez lo comprobó. Es necesario entrar a los hogares y hacerle saber al que lo habita: Estoy contigo, confía en mí y convencer  por comparación y discurso  que existe un mundo mejor  donde sus esperanzas tienen un aisdero con la verdad.

No es fácil luchar contra la mentira y el dinero, pero sí lo es  llegar a los corazones siendo sincero y bueno; con la verdad de las intenciones sobre la mesa.

No al Chavismo, si a la verdad. No al Socialismo, sí a la justicia social y libertad individual. No al capitalismo salvaje, sí a la empresa privada y al honesto empresario individual. No al negocio anárquico, si al negocio dentro de los cánones de la sociedad libre. 

No es un sistema perfecto, pero es el menos imperfecto. 

Es sencillo candidato Capriles, argumenta con firmeza y convicción estos valores. ¿Te llaman Capitalista? Acéptalo, pero  rechaza  el  laissez-faire porque el mismo está tan desprestigiado como el social-comunismo. ¿Te llaman pitiyanqui? Vocifera tu deseo de mantener una relación de igual al igual con los Estados Unidos sin dejar de criticar la política externa de ese país  y sus doble estándares; pero tampoco dejes de halagar las virtudes de su democracia interna. 

Ah, y muy importante: Si te mentan la madre, éntrate a “coñazos” (si es necesario) con quien te la mente, no basta decir " la tuya". Recuerda, estás en Venezuela








1 comment:

  1. Excelente tu articulo. Estoy de acuerdo en que Capriles no ha demostrado el diente suficiente, de ganar podemos estar seguro que habrá una desestabilización de la economía y la política en general, esta coyuntura podría traer un caos extremo, pero necesario para pasar la pagina de la pesadilla Chavez.

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