Thursday, January 24, 2013

Reflexiones Sobre Venezuela.


Tanto el gobierno, como la enfermedad de Hugo Chávez y sus implicaciones en la vida del país, han mostrado no solo que Venezuela ha retrocedido muchas décadas y que aún nuestra civilización está en su infancia, sino que también, y peor aún, una porción considerable de sus ciudadanos, incluyendo los dirigentes de todos los sectores políticos y sociales, parecen haberse degradado casi al nivel de permitir la burla como parte permanente y consustancial de sus vidas, gracias a la indiferencia y pasividad que se han apoderado de ellos. Tanto es así, que muchos de nosotros, hoy día, requerimos de un esfuerzo más allá de nuestras fuerzas para decir que estamos orgullosos de llevar el gentilicio; y si nos negamos a aceptar que lo hemos perdido, es solo porque aún guardamos en nuestros corazones la certeza de que existe una hermosa, pero maltrecha geografía, donde aún habitan almas buenas con tercas esperanzas.

Aunque sobran ejemplos para ejemplificar esa pérdida del ejercicio ciudadano durante la historia de la época democrática, el colmo se está mostrando con esta tragicomedia surgida por la salud agónica del presidente. No solo el gobierno está burlándose de los venezolanos, sino que la dirigencia opositora parece una comparsa a la medida a través de un coro cuyo único objetivo es solo desafinar y no interpretar o crear nuevas melodías. Por su parte, el ciudadano independiente luce como esperando que alguien haga las cosas por él y reduce sus participación a quejarse de las calamidades que lo afectan, bien en un bar o sentado frente a una computadora,

Cierto, algunas veces me avergüenzo de decir que soy venezolano. Solo el eco que a diario oigo de las buenas y valiosas experiencias que he vivido en mi país, así como lo que éste me ha brindado, hacen posible que me resista a no decir: Soy venezolano.

Ante la potencial ausencia del presidente por razones de salud y posibles elecciones a corto plazo, el país se encuentra a la deriva.  Gracias a poseer  el control absoluto de todos los poderes, el gobierno ha convertido a la Constitución en un juguete de sus caprichos e intereses. A la par, está el hecho denigrante de que Las ex Fuerzas Armadas de Venezuela, ahora llamadas  Bolivarianas para significar la sumisión al Presidente, y quienes deberían velar por la soberanía del país, han convertido a sus Generales y Oficiales en hombres de dudosa dignidad que mas bien parecen verdaderas cacatúas cuya labor principal es repetir las consignas del presidente pues, al igual que el Gobierno, carecen de argumentos que puedan hilarse.  

Duele ver que  no hemos superado la transición que debería haber seguido a más de cien años gobernados por caudillos cuando, hace  mas de medio siglo, se inició el período democrático. Una vez que Chávez llegó al poder y superó el intento de golpe de estado, pareciera que hemos abandonado luchar por una sociedad libre donde priven las mentes y pensamientos de los mejores hombres del país.

Ahora mismo, la oposición venezolana, después de muchos errores y al fin atender el llamado a la unidad que la población reclamaba, aún carece de un plan organizativo que agrupe a todos los partidos opositores para diseñar una estrategia adecuada que permita vender a los ciudadanos la idea de que la pregunta a responder no es tanto:  ¿quién debe gobernar? pues, al fin y al cabo tener malos presidentes ha sido casi una costumbre en Venezuela, sino mas bien preguntarnos: ¿Cómo debemos hacer para luchar y organizar la sociedad venezolana de manera de crear y establecer instituciones que eviten que políticos indeseables alcancen o permanezcan en el poder?
La retórica de la unidad es una cosa y la unidad en función de los altos intereses del país es otra. Unirse para luchar contra Chávez no significa sumar partidos para derrotarlo, significa que células de cada uno de los partidos, el movimiento estudiantil que rechaza el despotismo y la sociedad civil que aspira libertad presenten de una vez por todas una plataforma que ponga a un lado los intereses subalternos y con incontestable decision persiga la creación de instituciones que preserven la soberanía y persigan el desarrollo del país, sin discriminación ideológica alguna.

El problema no es Venezuela con Chávez o Venezuela sin Chávez, el problema somos nosotros, los venezolanos,  quienes pareciéramos  no entender que la bendición de haber tenido el petróleo no ha sido más que una extensión del excremento del diablo, como bien lo llamó el ilustre compatriota Juan Pablo Pérez Alfonso,  que requiere una limpieza de conciencia y  sanidad del patriotismo.

¿Será esto fácil? No, ello será extremadamente difícil dado lo maltrecho del país y la naturaleza de nuestra idiosincrasia,  pero si no tratamos de hacerlo, los límites con los países de todos los continentes que hoy día sufren lo avatares de gobiernos indeseables y ausencia de libertades, serán cercanos suficientes para formar la Comunidad del Atraso.

¿Fue Bolívar un héroe? Si, pero, él solo  liberó a  Venezuela , es una ilusión creer que la hizo grande. Venezuela solo será grande si nosotros nos convertimos en los verdaderos héroes de nuestra historia.Así lo demanda el mundo de hoy.




No comments:

Post a Comment