Venezuela: La Lucha Limpia de un
Pueblo Contra La Sucia Guerra de su
Gobierno
Pueblo Contra La Sucia Guerra de su
Gobierno
El Consejo Nacional Electoral, acaba de abrir el suelo para que pase Venezuela.
Aunque a través de las acciones del
déspota Hugo Chávez, ya presagiaban ese camino gracias, entre muchas otras, al
éxito de sus engaños, artimañas, mentiras y, sobre todo, a su indiferencia ante la corrupción y,
tal vez lo peor, a la explotación de la
apatía de gran parte de los venezolanos, el presagio pareció convertirse en
esperanza de lo contrario, cuando su muerte mostró la luz de
la esperanza que la oscuridad de su persona ocultaba.
Hoy, los
hechos parecen haber comprobado, que su muerte hizo posible que al fin
la esperanza germinara. Desgraciadamente, esos hechos no han
derivado en la concreción del inicio de la realidad ambicionada.
En vez de ello, un abismo abre sus
brazos para recibir una patria herida. Gracias al déspota, Venezuela será dirigida por
un hombre cuyo estandarte es la ignorancia, sin perder de vista que su
compañera será la última mujer en el
escalafón de esas que llaman primeras
damas, gracias a un enfermizo carácter que la lleva al disfrute y al goce
de contemplar el daño que se le pueda causar al que piensa diferente. Todos esto, sin mencionar los antecedentes delictivos de ambos en nombre de un izquierdismo absurdo.
Hugo Chávez fue suficientemente hábil para irse al infierno dejando activos los tentáculos, la
ineficiencia y la incompetencia; productos
naturales de su ceguera intelectual y egolatría patológica. Ello hizo posible que
el organismo electoral, adlátere incondicional de sus designios, declarara
ganador “irreversible” de la Presidencia a quien por origen y formación es un ser reversible,
no solo por ser incapaz y temeroso de tomar
por si mismo decisiones de coraje, sino por su formación de hombre de segunda
que lo hacen una iguana al servicio de la llamada Revolución Cubana, como lo
hacía su amo y señor.
No hay duda que la decisión de
los súbditos del Consejo Nacional Electoral ha implicado la instauración de un gobierno
espurio y, desgraciadamente, será
inevitable no contemplar, aún más, el descenso de Venezuela hacia profundidades
tal vez inéditas para su historia.
Pero, en un país donde se niega
la justicia, donde se obliga a caminar hacia la pobreza, donde la ignorancia
prevalece y donde la mayoría de sus
ciudadanos es condenada a sentir que
existe una conspiración organizada para oprimirla, es un país que nunca cesará en buscar su libertad. Pero, tal como lo dijo el gran Luther King, el
progreso humano no es ni automático ni inevitable. Cada paso hacia la meta de
alcanzar la justicia requiere sacrificios y una constante lucha y dedicación.
Lo importante, es que haya hombres dispuestos a afrontar ese reto.
Por fortuna, después de
contemplar por más de una década la reducción de esos hombres casi a la nada
por las acciones del déspota; hoy hay
uno en particular, y un buen grupo de ellos, que fueron capaces al fin de conducir la esperanza hacia un triunfo. Y
aunque ese triunfo le haya sido arrebatado por el dominio y
trampas de las fuerzas opresoras, ahora sabemos que hay hombres y
mujeres dispuestos a liderar y poner sus vidas al servicio de la lucha contra el oprobio.
Ciertamente, tal vez lo peor
llegó al poder, pero quizás lo mejor al fin invadió a la oposición. No… No será
en lo absoluto fácil…
¿Por qué?
Porque la violencia es la
infraestructura que mejor se edificó durante el Gobierno de Hugo Chávez
y las armas fueron la única inversión
que obsesionó a su mandato. No hay nada más peligroso que mentes fanáticas e
ignorantes armados hasta los dientes. Hoy, cualquier chavista deambula con una bomba
lacrimógena y una pistola en su bolsillo con la anuencia de los indolentes que
detentan el poder. No, la lucha no será fácil. Aunque para la oposición es
lucha, para el gobierno es guerra.
¿Quieres una
prueba? Pregúntale a los Castro de Cuba.
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